DE LA CULTURA DE LAS ACTIVIDADES FÍSICAS AL CONCEPTO ACTUAL DE
EDUCACIÓN FÍSICA
2.1. Actividades físicas en los
pueblos primitivos
Los estudios
antropológicos y arqueológicos nos muestran que la “actividad física” ha
formado y forma parte de la vida de todos los pueblos y culturas. La
civilización humana tiene sus orígenes inmediatos en la aparición del homo
sapiens y tuvo en el homo movens y el homo hábilis sus más inmediatos
predecesores. Todos los más prestigiosos científicos y estudiosos de los
albores de la humanidad coinciden en que la supervivencia biológica de la
especie humana no sólo fue consecuencia de una buena condición física, fuerza,
velocidad, resistencia... sino también del dominio y perfección de sus
capacidades locomotoras y manipuladoras, habilidades y destrezas, que le
permitieron adaptarse y comenzar a dominar un entorno que presentábase bastante
hostil.
Con la aparición sobre la faz de la tierra del homo
sapiens-sapiens con características claramente diferenciadas, con relación a
sus antecesores filogenéticos, sobre todo respecto a la capacidad de crear
valores y normas, de concebir técnicas, de fabricar instrumentos, de organizar
la vida social, de dominar la agricultura y el pastoreo, de inventar un
lenguaje, etc., es decir, de generar “cultura”, aparece también la necesidad de
hacerla extensible a los miembros de la sociedad y de transmitir todos aquellos
logros considerados más significativos a las futuras generaciones:
“socialización”.
Es en este concepto
enculturizante donde aparecen los primeros indicios de una primitiva “cultura
corporal y de las actividades físicas” manifestada principalmente, en forma de
“habilidades y destrezas técnicas”, “danzas” y “juegos” y también la necesidad
de transmitirlos y perpetuarlos: “educación”.
2.2. Actividades físicas en Grecia
y Roma
Los griegos alcanzaron
el cenit de la civilización en aspectos tales como la política, el arte, la
arquitectura, la literatura, la filosofía y también en la gimnástica.
Según Barrow &
Brown, cualquier referencia a la civilización griega debe de tener en cuenta
dos hechos. Primero que los pueblos griegos no constituían una nación única e
independiente con un fuerte sentido nacionalista sino que estaba constituida
por un grupo de “polis” o ciudades estado, entre las que destacaban por encima
del resto las de Atenas y Esparta, con pautas y maneras de vivir bastante
diferentes. Segundo que la sociedad griega era una población estratificada en
la que sólo una minoría poseía el rango de ciudadano, el resto eran campesinos,
extranjeros y esclavos.
En Esparta los
ciudadanos eran educados para la defensa del estado lo que exigía una
exaltación de la fuerza y de la robustez física para poder asegurar y
garantizar de esta manera sus objetivos. Como consecuencia de ello la educación
espartana sobrevaloró la importancia de la gimnástica, aunque fuera con fines
manifiestamente militares.
En Atenas, el hombre no
era entendido únicamente como simple defensor de posibles agresiones de pueblos
enemigos sino que, en sus ideales, se contemplaban y valoraban dimensiones
personales de índole espiritual, filosófica, musical y artística que
configuraban como nos dice Floc’hmoan los ejes formativos del ciudadano
ateniense. La gimnástica, al margen de connotaciones de tipo militar,
contemplaba también propósitos y finalidades de tipo médico e higiénico.
Cabe destacar que es en
la cultura griega donde aparecieron los “juegos atléticos”, grandes manifestaciones gimnásticas
periódicas en honor a los dioses y que se realizaban en épocas de paz o de
tregua a lo largo y ancho de la geografía helénica: Olimpo, Delfos, Corinto,
Nemea, Rhodas, Atenas...
Dichos juegos incluían
un variado programa de ejercicios físicos como el pentatlón, competición de
cinco pruebas diferentes, la carrera, el salto con mancuernas, los lanzamientos
de disco y jabalina y la lucha. También se realizaban otros tipos de
actividades físicas y corporales, considerados de rango inferior por ser
propios de metecos y campesinos como la danza, los bailes y juegos con esferas
“esferística”, entre otros.
La herencia cultural que
Roma recibe directamente de la Grecia conquistada, sobre todo a partir del
siglo II a. de J.C., se manifiesta también en el ámbito de la gimnástica y de
los juegos atléticos. Aunque a tenor de lo que recogen una gran mayoría de
historiadores, entre los que destaca en este aspecto la obra del historiador
alemán L. Friedlander, los romanos introducen ciertas características y matices
diferenciales secularizando los juegos y dotando a los ejercicios físicos de un
sentido mucho más lúdico. El componente médico e higiénico da paso a la
diversión, el pasatiempo y el espectáculo.
El estadio es
substituido por el anfiteatro, el circo y el hipódromo. Se consolidan
actividades a gusto de los romanos como son la carrera de cuadrigas, los juegos
de pelota, “pila”, y en especial las luchas de gladiadores que bajo la
preparación del “Ianista” toman personificaciones de lo más extravagante como
el “hoplomachus”, el “bestiarius”, el “secutor” y el “retiarius”. La famosa
expresión latina, “pan y circo”, define toda una filosofía que no enaltece,
precisamente, ninguno de los valores atribuibles a la educación.
2.3. La Edad Media y el
Renacimiento
Paralelamente a la
expansión del Imperio Romano aparece el cristianismo, doctrina de base
teocéntrica y en donde la austeridad, el sacrificio, la caridad, la entrega a
los demás y la fe eran sus más sólidos pilares para lograr la salvación del
alma y la vida eterna.
Esta nueva doctrina extendida inicialmente por el propio
Jesús y sus discípulos tuvo su continuidad inmediata en los primeros padres de
la Iglesia y, más adelante, en las diferentes órdenes religiosas y mendicantes
como los benedictinos, los jesuitas, los escolapios, los lasalianos, etc., que
a lo largo de la historia han ido surgiendo.
El cristianismo, por
propia definición, vive de espaldas al cuerpo y a cualquier manifestación de
éste, incluyendo la educación corporal y física. Esta doctrina se interesa,
casi exclusivamente, por aquellos aspectos más intrínsecamente espirituales que
residen en la humanidad y en el hombre.
El largo período que
comprende la Edad Media se caracteriza, al menos en sus inicios, por una fuerte
reclusión interior y un gran ascetismo y recogimiento cultural ante los pueblos
extranjeros y bárbaros procedentes de más allá de los “límites” del Imperio
Romano de Occidente.
Durante esta época la
formación corporal y física queda reducida, casi exclusivamente, a la formación
del caballero, a determinados torneos y justas y a una cierta formación militar
en el arte de la guerra y el combate que, junto a los amurallamientos de los
burgos y ciudades, eran garantía de defensa para los poderosos de la época:
papas, clérigos, reyes, condes, señores feudales y de sus siervos y villanos.
Es interesante resaltar
la importancia que tenía la posesión de una excelente condición física para los
miembros activos de las ordenes militares que contribuían, además del
mantenimiento del estatus del poder espiritual de la Iglesia y el papado, a la
protección de los cristianos de oriente y a la idea de recuperar para la cristiandad
los Santos Lugares conquistados por turcos y musulmanes.
En la actualidad debe
destacarse que los nuevos avances científicos y técnicos, sobre todo en el
campo de la biología y fisiología humana, junto a las ya mencionadas
aportaciones del filantropismo, el naturalismo y la psicología evolutiva, han
contribuido a un importante cambio de rumbo con relación a esta actitud de
olvido de la Educación Física por parte de la Iglesia.@
Hoy en día el
cristianismo es bastante más permeable a los cambios socioculturales y
científicos que otras religiones. En zonas de implantación de la religión
musulmana impiden, caso de los más acérrimos fundamentalistas islámicos,
abiertamente y a veces bajo amenazas, la Educación Física y la práctica
deportiva a sus seguidores y en especial a niñas y mujeres.
2.4. Del renacimiento gimnástico a
la aparición de la gimnasia educativa
El surgimiento de un
movimiento nuevo, a caballo de los siglos XIV y XV, como consecuencia de unas
nuevas condiciones de vida propiciadas por cierta estabilidad y seguridad en
las ciudades, la mejora de las comunicaciones y el comercio, nuevos
instrumentos como el astrolabio y el sextante que colaboraron en el desarrollo
de la técnica naval, la invención de la imprenta que permitió la rápida difusión
y popularización cultural, el contacto con otras culturas y gentes, etc.
facilitaron y propiciaron un despertar en todos los campos de la actividad
humana.
Este nuevo conjunto de
inquietudes permite reencontrar la antigüedad clásica y por tanto redescubrir
la “Gimnástica”. Los humanistas, entre los que destaca J. Mercurial, emplearon
desde el principio el término gimnástica en el mismo sentido utilizado por los
griegos, el de arte de la gimnasia, entendido como el conjunto de ejercicios
corporales que tenían como finalidad primera el mantener la salud y el
preservar el estado físico.
En torno a los años 1750
y 1775, según nos relata el profesor Erwin Mehl, tuvieron lugar dos
acontecimientos de vital importancia para el progreso y popularización de los
ejercicios corporales. Se trata, en primer lugar, del renacimiento de la
gimnástica en la ciudad, en el ámbito rural y en el aristocrático nunca
llegaron a extinguirse, y después de la aparición de la concepción educativa de
la gimnástica gracias a las nuevas ideas promulgadas por los “filantrópicos”.
Como se sabe los filantrópicos representaban un movimiento pedagógico que
apareció durante el siglo XVIII que recogían las ideas de la ilustración y
defendían el carácter universal de la naturaleza humana y, por tanto, el
derecho de una educación para todos.
Esta idea de “igualdad”
propició el hecho de que la educación y también la gimnástica dejase de ser
privilegio de determinadas clases sociales para tomar un talante popular,
práctico y utilitario. El máximo representante de esta corriente es el pedagogo
alemán J.B. Basedow (1723-1790) que creó en Desau un “taller de filantropía” y
en donde el ejercicio corporal y la higiene tenían gran importancia en los
procesos educativos.
Hay que recordar, cómo no, la gran influencia que en este período
ejercieron pensadores como J. Locke, J. J. Rousseau (1712-1778)... pedagogos
como J. A. Comenius, J. H. Pestalozzi, J. F. Herbart, .. que con sus ideas
sobre el hombre y la naturaleza tuvieron una influencia capital en la
renovación pedagógica y en la contemplación de la gimnástica como parte
fundamental del niño.
2.5. El periodo de escuelas
gimnásticas
A partir del siglo XIX y
junto a la ya anteriormente existente, concepción de la gimnástica médica e
higiénica y a las recientes tendencias pedagógicas de la ilustración que nos
conducen a la gimnástica educativa aparecen nuevas aportaciones. Los intentos
de estructurar, sistematizar y dotar de método a la gimnástica configuran el
período conocido como el de las escuelas gimnásticas que se desarrollaron
principalmente, durante todo el siglo diecinueve.
Estas escuelas, al
margen de identificarse con sus creadores, se ubican geográficamente en zonas
muy concretas, sobresaliendo, en este sentido, la escuela alemana, la escuela
sueca y la escuela francesa. Junto a ellas es imprescindible, si se quiere
tener una visión de conjunto, contemplar además el modelo o movimiento
deportivo inglés.
2.5.1. La escuela
alemana
En centroeuropa aparece
la figura de Guts Muths (1759-1839), el patriarca de la gimnástica alemana, el
cual concibe los ejercicios gimnásticos y las actividades físicas en un sentido
muy amplio. Todos los ejercicios son intrínsecamente útiles y educativos.
La división que hace de
su sistema contempla tres grupos de ejercicios:
1) ejercicios
gimnásticos verdaderos.
2) trabajos manuales y
3) juegos colectivos
para la juventud.
Los “verdaderos”
ejercicios abarcan entre otros a los militares, la danza, el baño, la natación,
responder ante los peligros, ejercicios de fonaciones y ejercicios sensoriales.
Partiendo del sentido
originario de Guts Muths, el también alemán Friederich Ludwig Jahn (1778-1852)
defiende un modelo diferente, concibiendo ejercicios mucho más arriesgados y
mucho más complejos y difíciles e incluyendo aparatos, es el “turkunst”, que
más tarde se transformaría en la gimnástica artística o deportiva actual.
2.5.2. La escuela sueca
Nachtegal (1777-1847)
lleva, en 1798, a Dinamarca la gimnástica de Guts Muths y es P.E. Ling
(1776-1839) quien propone una línea distinta de las anteriores introduciéndola
en Suecia, es la “gimnástica sueca”, cuyo objetivo gira en torno a la formación
corporal y la postura, excluyendo casi totalmente los ejercicios de
“performance”.
El método de P.E. Ling
es, principalmente, analítico dentro de la totalidad, contempla ejercicios
variados ejecutados desde posiciones diferentes: de pie, sentado, tendido
prono, tendido supino... Utiliza cuerdas, barras de suspensiones, escaleras de
balanceos... todo ello con el objetivo de hacer al joven más resistente a la
fatiga y de modelar el cuerpo.
Se educa, también, la
precisión por medio de saltos, volteretas y movimientos de agilidad y hay
preocupación por la postura correcta y la corrección a través de los
ejercicios. Posteriormente su hijo, Halmar Ling (1820-1886), elabora lo que se
puede llamar el primer esquema de una lección de gimnástica en forma de “tabla
gimnástica”.
2.5.3. La escuela
francesa
Entre la escuela alemana
y la escuela sueca cabe reseñar la gran importancia que tuvo dentro del ámbito
de la gimnástica la escuela francesa cuyo pionero fue el coronel, de origen
valenciano. Fco Amorós y Ondeano (Marqués de Sotelo)
(1770-1848). Éste, a partir de las ideas de Guts Muths (1759-1839) y la
adopción modificada de la gimnástica de aparatos de Jahn (1744-1811), crea y
dirige en París el “gimnasio normal militar” (1818). Su método dominará el
panorama de la gimnástica militar francesa durante más de medio siglo.
La escuela francesa
llega a su máxima expresión educativa a principios del siglo XX (1906) cuando
el Teniente de Navío, Hébert (1875-1956) crea el "método natural”,
verdadero retorno a las actividades básicas del hombre primitivo involucrado
profundamente en la naturaleza. Este carácter antropológico, por un lado, y de
globalidad por otro, entroncó completamente con las nuevas corrientes
psicopedagógicas de la escuela nueva.
El “Bureau International des Écoles Nouvelles” (B.I.E.N.),
fundado en Ginebra por A. Ferrière, incluye el método natural en uno de los 30
puntos, que en 1921 se aprobaron en Calais, como proclamatorios de la Escuela
Nueva. El otro punto que hace referencia a la actividad física, dentro del
contexto de dicha escuela nueva, son las actividades en la naturaleza.
2.5.4. El modelo
deportivo inglés
El modelo anglosajón
promueve y propugna actividades físicas basadas en el juego, el atletismo y los
deportes. Es un movimiento de línea distinta y que aparece en Inglaterra por
medio del clérigo Thomas Arnold (1795-1842), el cual propone una serie de actividades
que, teniendo como base los juegos populares y determinadas actividades
atléticas, permitan a las asociaciones y clubes medirse y competir para imponer
su supremacía.
Esto le lleva a elaborar
y a establecer un conjunto de normas generales para aquellos juegos populares,
caso del Rugby, y así poder jugar y determinar objetivamente un ganador en las
contiendas. Esta reglamentación universal que permite la competición es la que
mantiene a las diversas estructuras federativas tanto nacionales como internacionales
y hace posible competiciones de ámbito mundial, como los juegos olímpicos
modernos o los campeonatos del mundo.
Esta filosofía
posibilita, además, cierta comunión de gentes y equipos deportivos por encima
de regímenes políticos, órbitas culturales, lenguas y religiones.
2.6. E. F.: Naturaleza y
significado actual
Hoy en día, cuando los
profesores y maestros hablan de “Educación Física” lo suelen hacer para
referirse al proceso y resultado de una acción educativa formal y sistemática
en donde la gimnástica deporte, el juego, la danza... son inicialmente medios y
posibilidades que, culturalmente, se nos ofrece para conseguir los objetivos
pedagógicos escogidos.
En etapas y ciclos
educativos posteriores, y una vez conseguidas las finalidades básicas, esta
concepción puede ampliarse en el sentido de que los elementos culturales
utilizados como medios pueden convertirse, a su vez, en objetivos.
Pedagógicamente
hablando, tan correcto y lícito sería utilizar un deporte para educar
determinadas estructuras del movimiento humano como plantearse el que nuestros
alumnos aprendan su técnica específica para poder practicarlo correctamente.
Podemos afirmar que, en
la actualidad, la Educación Física, en cuanto a educación de proceso, entronca
de pleno en las tendencias actuales de la nueva pedagogía que pretende formar
alumnos que puedan adaptarse a un futuro excesivamente cambiante y hartamente
incierto. El aprender a aprender o el aprender a ser priman por encima del
aprender por aprender.
Los contenidos
educativos de los que emanarán las actividades físicas y ejercicios
espirituales a trabajar deben, forzosamente, inspirarse en una inevitable
posición ecléctica estructurada sobre la base de:
A) La gimnástica, con todas sus connotaciones anteriormente expuestas:
higiénica, corporal, orgánica, artística, natural, expresiva... A la que hay
que añadir nuevas posibilidades como la rítmica de J. Dalcroze y la danza
natural de I. Duncan así como todas las nuevas modas provenientes de otras
órbitas como son las gimnásticas dulces, las gimnásticas orientales, el
gimjazz, las gimnásticas alternativas, etc.
B) El juego como componente lúdico-popular y el deporte como
componente agonístico-competitivo. Tanto el juego como el deporte tiene un alto
componente motivacional por lo que es de fácil implantación por parte del
maestro o profesor de Educación Física. El primero porque favorece la
participación del alumno y el segundo porque facilita la performance y el
rendimiento. Todos ellos valores dominantes, por suerte o por desventura, en la
sociedad actual.
C) Por último, es necesario destacar una tercera fuente hasta
ahora no contemplada, nos referimos a todo un conjunto de nuevas actividades
como el surf, el parapente, el mountainbike, etc. que, paulatinamente, van entrando
en el ámbito de la Educación Física y que se van incorporando, eso sí, con
cierta precaución y de forma moderada a la escuela.
Estos deportes, de
origen “auténticamente americano”, incorporan el riesgo y la aventura como
elemento esencial. Queremos diferenciar este tipo de actividades del originario
modelo deportivo de T. Arnold. Deportes como el baloncesto y el béisbol, aunque
aparecen, se desarrollan y alcanzan su plenitud en Norteamérica, son productos
que responden a la filosofía y concepción anglosajona al igual que lo son el
balonmano o el fútbol o poner dos ejemplos que tienen un origen europeo.
De todas maneras, dentro
de la enseñanza secundaria el profesor de Educación Física deberá realizar un
esfuerzo para poder escoger y temporalizar las actividades de tal manera que,
al margen de su implantación cultural, se adapten a las posibilidades motrices
e intelectuales de los alumnos a la vez que respondan también, en la medida de
lo posible, a sus necesidades e intereses personales.
Parte 2.
HISTORIA Y EVOLUCIÓN DE LAS FUNCIONES DE LA EDUCACIÓN FÍSICA.
Parte 2.
HISTORIA Y EVOLUCIÓN DE LAS FUNCIONES DE LA EDUCACIÓN FÍSICA.
La
Educación Física,
como objeto cultural y por tanto contenido de enseñanza, según Díaz (1998), ha sufrido a lo largo de la historia diferentes evoluciones en
función del momento histórico y de las concepciones imperantes en la época.
Con la presencia de esta materia en
la Educación
Secundaria Obligatoria se pretende incorporar a la cultura y
a la educación básica de los ciudadanos
y ciudadanas aquellos conocimientos, destrezas y capacidades que, relacionados
con el cuerpo y con la actividad motriz, contribuyen al desarrollo personal
equilibrado y a una mejor calidad de vida.
3.1. Funciones de la Educación Física desde una perspectiva histórico-pedagógica.
La diversidad de
pensamiento del profesorado ha de asegurarse en el currículo mediante la
integración de enfoques; este hecho supone el reconocimiento de funciones y
principios, en los cuales pueden verse representados los docentes.
Función
de conocimiento: en la medida en que el movimiento es uno de los
instrumentos cognitivos fundamentales de la persona, tanto para conocerse a si
misma, como para explorar y estructurar su entorno inmediato.
Función
anatómico-funcional: mejorando e incrementando las estructuras anatómicas y
la capacidad motriz de la persona.
Función
estética y expresiva: entendiendo el movimiento como medio de expresión y
manifestación de la sensibilidad.
Función
comunicativa y de relación: en tanto que la persona utiliza su cuerpo y sus
movimientos corporales para relacionarse con los otros.
Función
higiénica: en la medida en que la actividad física favorece la conservación
y mejora de la salud y el estado físico.
Función
agonística: en tanto que la persona puede mostrar su destreza, competir y
superar dificultades.
Función
catártica y hedonista: en la medida que las personas, mediante ejercicio
físico, se liberan de tensiones, etc.
Función
de compensación: en cuanto que el movimiento compensa las restricciones del medio y el sedentarismo habitual de la
sociedad actual.
Pero estas funciones han de plantearse desde unos principios que las
adecuen a nuestros intereses pedagógicos. La Educación Física
se desarrolla según unos principios
que describen las directrices y límites pedagógicos de la materia. He aquí los
principios:
Principio del juego.
Principio de la salud.
Principio
del desarrollo psico-social.
Las funciones y los principios anteriormente
enunciados constituyen los motores del currículo de la materia. Es un hecho que
las distintas orientaciones que han confluido y confluyen en la materia
muestran distintos enfoques:
Deportivo
De acondicionamiento físico
Psicomotor y de expresión corporal
Recreativo
Gimnástico
Socio-motor
Salud
3.2. Historia y evolución.
Podemos decir que, a lo largo de la historia, la
educación Física ha desempeñado funciones diversas con una gran influencia del
pensamiento platónico, que diferenciaba entre el cuerpo y el alma. Debemos
remontarnos a Grecia, donde desde el siglo VIII la educación física tiene una función
estética y expresiva.
La separación entre la educación física como
preparación para la guerra o para la excelencia (función agonística) y aquella
entendida como práctica pedagógica, se mantiene durante la época romana, donde la
educación física, además del valor higiénico, adquiere una nueva función: la
ética.
En la Edad Media la gimnasia higiénica desaparece de
la pedagogía. La actividad física es intensa en ese periodo teniendo como
finalidad la preparación del caballero para la guerra. Durante esta época la
actividad física a través de los juegos y deportes tiene un papel en el
entretenimiento del pueblo.
Es en el Renacimiento cuando se retoman los
valores platónicos y se reconsidera el valor educativo de la educación física,
siempre con una función de mantenimiento de la salud, tal y como señalaba
Mercurialis. Desde el Renacimiento, ambos conceptos: el de deporte como un
elemento recreativo y de ocio surgido en la Edad Media, y el de los
griegos sobre la gimnástica o la planificación del ejercicio físico, ya no se
perderán, e irán paulatinamente a más hasta que, a mediados del siglo XVII,
surge con fuerza un nuevo concepto en la práctica física: el educativo.
Corrientes posteriores se centrarán en el desarrollo
motor del individuo y en la incidencia de éste sobre el intelecto. Nos
introducimos en las corrientes psicomotricistas, que otorgan a la educación física
una función de conocimiento y anatómico-funcional.
Situándonos en la segunda mitad del siglo XX,
Parlebas propone un cambio radical en la concepción de la Educación Física.
Para este autor, la
Educación Física es una práctica de intervención que ejerce
una influencia sobre las conductas motrices de los participantes, en función de
normas educativas implícitas o explícitas.
A lo largo de este apartado, hemos ido observando
diferentes funciones de la educación física. Así hemos evolucionado de la
educación física como educación de lo físico, que recoge las principales funciones
sociales de la profesión desde Grecia, pero principalmente desde finales del
siglo XIX hasta principios del XX dentro del modelo reproductor. Entre ellas
encontramos los cuidados, usos y disciplinas corporales, la regeneración
física y mejora de la raza, la obediencia y la preocupación por la higiene y la
salud corporal para hacer ciudadanos productivos y útiles a los Estados
modernos. Todas estas funciones
indicaban que el interés de los educadores físicos se dirigía hacia la
dimensión física y corporal de las personas, sin atender a otros aspectos como
el intelectual o el afectivo. Aunque muchas de estas funciones sociales se han
mantenido hasta la actualidad con ligeros cambios, a principios de este siglo
existió una gran preocupación pedagógica por superar la visión que limitaba la
asignatura al desarrollo puramente físico y corporal, y que recordamos se
remonta a la visión platónica de cuerpo-alma.
Los orígenes de la educación a través de lo físico
se encuentran en la interpretación que determinados líderes de la educación
física norteamericana realizaron de la filosofía educativa de Dewey en la
década de los años veinte y treinta del siglo XX.
Sobre las influencias creadas por los
acontecimientos anteriores, Arnold (1979-1991) propuso una nueva estructura
conceptual para la educación física. Este autor ofrece una conceptualización en
tres dimensiones interrelacionadas, de reciente repercusión en el ámbito
español de la educación física:
La educación
sobre el movimiento.
La educación
a través del movimiento.
La educación
en movimiento.
La estructura conceptual de Arnold íntegra las
actividades con valor intrínseco (dimensiones sobre y en), las preferibles en
la escuela porque tendrían una función educativa en sí mismas, y las tareas con
un valor instrumental (dimensión a través), las que servirían a otras funciones
extrínsecas a la escuela. Por tanto, en el currículum escolar tienen cabida
tanto unas como otras, porque éste integra aspectos de la educación y de la
escolarización. Pero recordando que: "mientras que la educación implica la
transmisión de algo en sí mismo valioso, la escolarización supone desarrollar
una actividad como medio de alcanzar algo" (Arnold, 1991: 127).
Ampliación: http://jorgegarciagomez.org/historiaef.html
Ampliación: http://jorgegarciagomez.org/historiaef.html
excelente informacion
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